Centellita era la estrella más joven y más brillante del firmamento era una jovencita muy alegre a la cual le fascinaba bailar.
Le encantaba bailar sin parar, mientras que las estrellas mayores como Aldebarán y Betelgeuse se quedaban tranquilas mirando todo majestuosamente.
Durante largos ratos nuestra estrellita miraba a la tierra y observaba detenidamente los bailes que por la noche se realizaban al aire libre en muchos de los pueblos que formaban parte de ella, para después ensayarlos y ejecutarlos a la perfección.
Al mismo tiempo que bailaba cantaba dulces melodías que entonaban a la perfección con sus armoniosos pasos de baile y mientras más se movía, más brillante y hermosa parecía.
Así fue como uno a uno los habitantes de la tierra fueron quedando encantados con aquella estrellita bailarina que iluminaba el firmamento durante las noches y que a través de su baile les trasmitía alegría a quienes la miraban.
Pero como siempre suele ocurrir tanta admiración comenzó a generar envidia entre las demás habitantes del cielo… luna que era la jefa del mismo, comenzó a notar que los hombres preferían mirar a Centellita que a ella, inclusive los enamorados pasaban horas observándola tomados de las manos ignorando por completo a la luna.
De tal manera los celos comenzaron a atormentar a la jefa, por lo que una noche convoco a todas las estrellas a una reunión de carácter urgente en la anuncio lo siguiente…
Me han llegado reportes de que una de ustedes ha estado portándose muy mal, deben saber que en mi cielo no está permitido bailar todo el tiempo porque me supermolesta el ruido y sencillamente porque yo no lo quiero…. Así que la estrella que baila y brilla en demasío que dé un paso al frente.
Así que Centellita no tuvo más remedio y dio un tímido paso al frente de forma que todas pudieran verla… aún con el temor reflejado en su rostro lucia tan hermosa y reluciente como siempre.
La luna con su voz de rayo le dijo; Querida, sé que eres aún muy joven pero ya deberías saber que en el firmamento la única que puede sobresalir soy yo, por lo que tienes prohibido bailar y cantar cuando yo esté en el firmamento, además debes prometer que serás buena y me deberás jurar obediencia para siempre.
Centellita miro a la luna muy triste, pero se comprometió a quedarse quieta, aunque sabía que que estaba renunciando a lo que más le gustaba en la vida.
Así pues al llegar la noche la estrellita se quedó muy quietecita, sin ni siquiera moverse, porque sabía que la luna la estaba observando, tan quieta estuvo que el sueño la venció quedándose profundamente dormida, tanto, que al momento de despertar se dio cuenta que estaba sola, y que el sol que brillaba en el horizonte era su única compañía, como no vio a la luna por ahí cerca se desperezó e hizo un hermoso paso de baile y no hubo nadie que la regañara ni siquiera el sol, el cual la miraba encantado de tener una compañera que lo divirtiera.
Centellita se la paso bailando y cantando durante todo el día por lo que al llegar la noche y salieron las demás estrellas ella estaba muy cansada y muerta de sueño, por lo que decidió dormir plácidamente toda la noche, al mismo tiempo que la luna pensaba que la estrellita había entendido la lección y que ya no la vería bailar por ninguna parte.
Centellita continuo haciendo lo mismo día tras día… bailaba y cantaba de día y dormía de noche, los habitantes de la tierra pronto se dieron cuenta de lo raro y bello que resultaba ver brillar a la estrellita en pleno día y la miraban entuciasmados, los pequeños en el colegio la observaban a través de los ventanales de sus salones, los obreros se tomaban un descanso en sus trabajos para contemplar esa hermosura y hasta el tráfico de las grandes ciudades se detenía cuando la estrellita ejecutaba sus más complicados pasos de baile.
Tanta admiración causo, que el sol que al principio estaba fascinado por tener a la estrella de compañera comenzó también a ponerse celoso… hasta que un día no lo puedo soportar más y le dijo, ¡tú, estrellita bailarina, no puedes bailar más en mi cielo! No soporto que mientras tú estás aquí, bailando, nadie se acuerda de mí y eso es algo que no estoy dispuesto a permitir.
Centellita sintió mucho miedo porque el sol era muy grande y poderoso, así es que se permaneció inmóvil hasta que se hizo de noche, pero tampoco de noche se atrevió a bailar ya que la luna la vigilaba por lo que se sintió terriblemente triste y rompió a llorar, paso un largo rato llorando hasta que de pronto al levantar su mirada se dio cuenta de que hay un momento en el día en que la luna ya se ha dormido y el sol aún no se ha despertado.
Es un momento corto, pero durante el cual nadie ocupa el cielo, así que a partir de entonces Centellita dormía una parte del día y otra de la noche, pero pasaba las horas del amanecer sola, bailando, cantando que era lo que más le gustaba en la vida y lo mejor era que no molestaba a nadie y que nadie la molestaba a ella.
Desde ese día si nos levantamos muy temprano aún podemos ver a Centellita la estrella del amanecer bailando y brillando en el cielo solo para nosotros, y claro si somos nobles siempre le podremos pedir algún deseo.